MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01D4A608.4F9D11F0" Este documento es una página web de un solo archivo, también conocido como "archivo de almacenamiento web". Si está viendo este mensaje, su explorador o editor no admite archivos de almacenamiento web. Descargue un explorador que admita este tipo de archivos. ------=_NextPart_01D4A608.4F9D11F0 Content-Location: file:///C:/D04BD48C/Lasociedadteatral.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="windows-1252"
La sociedad teatral: presentación del personaje a través de las redes
sociales
The theatrical society<=
/span>: the performance in social =
media
Resumen
¿Son las redes sociales c=
ausantes
del despertar masivo de vanidad en la sociedad?
¿O es el ser humano quien=
las ha
utilizado para satisfacer sus necesidades de aprobación social a través de =
una
vida aparentemente perfecta? Este artículo analiza en qué medida las redes
sociales han sido utilizadas como un medio para la creación de apariencias =
de
prosperidad total y obtener el reconocimiento social, a partir del caso de =
la
estrella de Instagram Essena O’Neill, una joven
modelo australiana que reveló la verdad detrás de su vida perfecta mostrada=
a
través de su cuenta. Además, se estudia desde el ámbito social qué factores
conducen a las personas a desarrollar un comportamiento de exhibición públi=
ca
irreal. Los resultados contribuyen a comprender la conducta social en torno=
a
la creación de vidas ficticias a través de las redes sociales.
Palabras claves:
Redes sociales; aparienci=
as;
actuación; espectáculo; sociedad; aceptación social.
Abstract
Are s=
ocial networks causing massive vanity awakening in society? Or is the
human being that ha=
s used them to
satisfy the needs for social approval=
through an actuated
life? This article analyzes the extent to
which social networks have been used
as a means of creating total prosperity=
appearances and get socia=
l recognition, based on the Instagram Star
Keywords:
Social networks;
appearances; performance; =
spectacle;
society; social acceptance=
.
1.&n=
bsp;  =
;
Intro=
ducción
Son las 10:00 en cualquie=
r ciudad
de América. Las personas caminan y su mirada se alterna entre el horizonte y
sus smarthphones. Silentes, concentrados, camin=
ando
sobre la acera, pero el alma es un permanente espectador de una realidad
paralela. Una que se muestra sin errores, sin arrugas, con amaneceres ideal=
es y
días soleados. Una realidad donde todo es perfecto. Esa realidad que se vive
plenamente en las redes sociales, donde las personas comunes se transforman=
en
referentes de belleza, de estilo y de vida, para millones de seguidores que
cada día aprueban con sus likes esa realidad qu=
e no
es más que un espectáculo 24/7.
Esa absorción del imagina=
rio de
esa realidad virtual es un cambio de habitus de=
las
sociedades modernas, que es más evidente desde inicios de este siglo XXI, d=
onde
la Sociedad Red (Castells, 2001) inicia de cara a la revolución de las nuev=
as
tecnologías, que dan la oportunidad a
las personas comunes
de acceder a
medios de comunicación y publicar sus contenidos
propios, incluso textos audiovisuales donde se proyecten como los protagoni=
stas
de historias fantásticas, fantasiosas o crudas. Todo lo que quieran manejar=
en
sus redes sociales para que sus contactos lo vean. Tal como si se tratara d=
e un
espectáculo, cuyos protagonistas de esta puesta en escena son los dueños de=
los
perfiles. Guy Debord (1967) denomina al espectá=
culo
como la sociedad misma, como una parte de ella. También menciona que este, =
no
debe ser considerado un conjunto de imágenes, más bien debe ser visto como =
una
relación social entre personas llevada a cabo mediante imágenes. “Toda la v=
ida
de las sociedades, en que reinan las condiciones modernas de producción, se=
anuncia
como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que antes era vivido
directamente se ha alejado en una representación” (Deb=
ord,
1967, p.8). El autor propone una definición más compleja al relacionar el
espectáculo con medios de producción y comunicación. D=
ebord
plantea que el espectáculo es el resultado de un proyecto de producción
existente realizado por la sociedad.
A pesar de que la obra de=
Debord se remonta al siglo pasado y su mundo era muy
diferente al actual, el autor anticipa cambios en la
sociedad. Algunas de las tesis que plantea son confirmadas cuando se analiz=
a el
desenfrenado crecimiento e impacto que han tenido las nuevas tecnologías, la
influencia de las industrias del entretenimiento y la publicidad; el control
que ejercen los medios de comunicación, en la importancia de las fachadas e=
n la
vida cotidiana y el desarrollo desmesurado del mundo virtual. Todos estos
acontecimientos pueden ser vinculados con las ideas de Debord
y reafirman que el modelo social de vida actual ha sido creado como una pro=
pia
producción del hombre.
De esta forma, si la soci=
edad es
una acumulación y producción de espectáculos, los individuos, así como lo
menciona Erving Goffman (1959) en su obra La presentación de la persona en =
la
vida cotidiana, son sus actores. Si ellos se creen su actuación y los demás
también, entonces se convierte en realidad y por lo tanto esta es
relativa. De manera que “lo marav=
illoso
y lo legendario son, en realidad, los auténticos soportes de una civilizaci=
ón.
En la historia, la apariencia ha desempeñado siempre un papel mucho más
importante que la realidad. Hasta hace algunos años, el “Yo ideal” construi=
do a
partir de actuaciones se exhibía personalmente delante de otros individuos.=
En
la actualidad, los avances tecnológicos y el fortalecimiento del internet
ofrecen nuevos escenarios a las personas para realizar su actuación, en
específico las redes sociales. “Lo irreal predomina en ella sobre lo real” =
(Le
Bon, 2000, p. 55). En esa medida, el predominio de lo irreal al que se refi=
ere
Goffman (1959) se traslada a un escenario que no es tangible sino virtual
ubicado en las redes sociales que es el nuevo contexto social de los nativos
digitales (Piscitelli, 1999). Este espacio virt=
ual
brinda nuevas posibilidades para evadir la realidad y dar otro sentido a la
vida.
Son espacios para compart=
ir e
intercambiar información de todo tipo. La utilización de lo virtual como una
versión alterna de nuestra vida real, se ha vuelto una moda al igual que una
necesidad nacida de la cultura digital (Zallo, 2011). Es decir, que la soci=
edad
del espectáculo a la que se refiere Debord se
traslada a un escenario distinto, a uno que se vive en internet y cuyo
escenario son las redes sociales y sus protagonistas los prosumidores que
transmiten mensajes en los muros de sus redes sociales. La cultura digital =
se
vive en internet y ha mutado en=
el
transcurso de los años para poder satisfacer las necesidades de las socieda=
des.
Con esto, ese ciberespaci=
o que no
existe en el mundo físico deja de
pertenecer a esa categoría y se convierte en una extensión de la realidad
percibida. Esta necesidad creada se centra en el hecho de que aquellos que
participan en espacios virtuales obtienen un sentido de pertenencia a un gr=
upo
social. Asimismo, permite a los individuos poseer un “escaparate” donde son
libres de mostrar su narcisismo. Por lo tanto, “lo que ocurre en el espacio
virtual (comentarios, noticias, conversaciones) afecta de forma determinant=
e al
individuo en el espacio físico y viceversa” (Díaz, 2011, p. 11), porque el
mundo virtual subsidia el mundo real.
Dentro del ciberespacio, pertenecer a una comunidad virtual lleva a las personas a seguir parámetros establecidos por dicho colectivo, dando como resultado la pérdida de individualidad y criterio personal. Algunos autores aseguran que la identid= ad “se encuentra posicionada en medio de la dialéctica entre el ser real y el = ser ideal; lo que hacen las personas no es mostrarse como ellas quieren ser sino como las otras personas les aceptarán mejor” (Díaz, 2011, p. 12). En consecuencia, las personas no adoptan una personalidad diferente sólo ocult= an defectos y resalta virtudes, una condición que se ha dado con o sin redes sociales, pero en la actualidad, esa vida perfecta se proyecta en internet = para que todos la vean y opinen sobre ella.
2.&n=
bsp;  =
;
Metod=
ología
El presente artículo pret=
ende
analizar los factores que influyen en el comportamiento de los individuos a
través de los medios virtuales. Es decir, se busca conocer las condiciones
pasadas y presentes que conducen al ser humano a comportarse de un modo
determinado.
¿Es el hombre un producto=
social
o el resultado de sus propias decisiones? ¿Es el comportamiento social
independiente de la estructura dominante? ¿La sociedad se basa en aparienci=
as?
¿Son reales las relaciones entre los individuos en los medios virtuales?
¿Qué papel juegan los nue=
vos
medios sociales en la proyección de esta realidad irreal? La contestación a
todas estas interrogantes culminará en la comprensión de los motivos que ll=
evan
al ser humano a mostrarse tal y como es, o a construir apariencias. Además,=
se
trata de conocer las consecuencias que acarrean estas actitudes, tanto a ni=
vel
social como personal y la influencia que pueda tener sobre ellas la cultura
digital.
Por ello, el método a uti=
lizar se
basa en analizar, a través de teorías sociológicas, una colección de
fotografías pertenecientes a la modelo Essena
O’Neill, de su red social Instagram. En estas instantáneas se refleja su comportamiento y la rel=
ación
con sus seguidores. De esta manera, se busca establecer una relación entre =
las
teorías y la conducta humana exh=
ibida en los medios virtuales, partiendo de aspectos específicos como =
la
formación social, la presentación personal y las relaciones entre semejante=
s.
Para cumplir con la metod= ología, se seleccionaron las teorías e ideas planteadas en las obras: La construcci= ón social de la realidad de Peter Berger y Thomas Luckmann (1966), La Presenta= ción de la Persona en la Vida Cotidiana de Erving Goffman (1959) y La Sociedad d= el Espectáculo de Guy Debord (1967). Además se incluirán las tesis de Ramón Zallo (2011) sobre la cultura digital y Man= uel Castells (2001) sobre la Sociedad Red.
3.&n=
bsp;  =
;
Marco
teórico
Los debates teóricos rela=
cionadas
con el impacto de las redes virtuales en la sociedad son innumerables. Sin
embargo, este trabajo pretende centrarse en la presentación de la personali=
dad
de los individuos por estos medios. Por esta razón, las obras principales p=
ara
el análisis pertenecen al ámbito sociológico y al estudio de las repercusio=
nes
de las TICs en la sociedad. Igualmente, resulta
trascendental incluir como bibliografía secundaria a investigaciones que
establecen relaciones entre la tecnología y la sociedad.
Dentro del ámbito de la
sociología, las ideas planteadas por Peter Berger y Thomas Luckmann en La
construcción social de la realidad (1966), aporta para vislumbrar el poder =
de
la estructura social autoritaria sobre los individuos. Ayuda a conocer de q=
ué
forma los antecedentes culturales y sociales de cada ser humano influyen en=
el
desarrollo personal. De la obra Las reglas del Método Sociológico de Émile
Durkheim (1912) se tomaron ideas acercas de las influencias externas a las =
que
se ve expuesto el ser humano. Del sociólogo Erving Goffman se seleccionó la
obra La Presentación de la Persona en la Vida Cotidiana (1959), donde el au=
tor
propone que los individuos actúan con el fin de impresionar a los demás. Por
ello, se tomaron en cuenta planteamientos que explican la producción y
posterior presentación de personajes. Asimismo, se buscó establecer un vínc=
ulo
entre los individuos, la sociedad moderna y los medios de comunicación, par=
a lo
cual se utilizó el libro La Sociedad del Espectáculo de Guy Debord
(1967). Para profundizar en los fenómenos de masas producidos en la sociedad
contemporánea, se emplearon los principios establecidos por Gustave
Le Bon en la Psicología de las Masas (1921). Además, se incluyeron los
escritos Vida de
Consumo de Bauman
(2007) y Modernidad e ident=
idad
del yo: el yo y la sociedad en la época contemporánea de Giddens (1997), pa=
ra entender
el comportamiento consumista de los individuos en la modernidad.
Respecto a las cuestiones
tecnológicas, para establecer una definición de las redes sociales virtuale=
s,
se acudió al artículo Social Network Sites: selfie y Sobre selfies e
investigación algunas consideraciones metodológicas escritos por la profeso=
ra
de comunicación, Gemma San Cornelio (2014; 2015), para la revista COMeIn. También, se incluirá la tesis de Ramón Zallo =
(2011)
Cultura digital, en la que se analizan los factores sociales que han dado p=
aso
a la inclusión de las TICs =
a la vida cotidiana de las socieda=
des
modernas. Finalmente se incluirá la propuesta de Manuel Castells (2001) sob=
re
su planteamiento de la existencia de una Sociedad Red, es decir, analiza co=
mo
internet es la sociedad misma y como es el presente. Con ello descarta que =
se
trate del futuro o que la conectividad es un suceso que solo vive un grupo.=
Por
último, para integrar diferentes perspectivas acerca de los autorretratos y=
su
influencia en la identidad de los individuos, se tomó la obra De la cultura
Kodak a la imagen en red: una etnografía sobre fotografía digital de Édgar
Gómez Cruz (2012).
De este modo, vinculando = las obras planteadas se pretende realizar un análisis complementario y objetivo sobre el comportamiento de los individuos en las redes sociales.
3.1. =
Cultu=
ra
digital y redes sociales en la actualidad
En el transcurso del día =
por
lapsos cortos elegidos al azar, millones de personas se dedican a revisar s=
us
cuentas en los diferentes sitios web sociales. En medio de las conversacion=
es face to face,
paran para revisar alguna referencia o para simplemente saber lo que sucede=
con
uno de sus contactos. Unos miles se detienen para revisar las cámaras que
monitorean lo que sucede en sus casas o para encender o apagar
electrodomésticos de sus hogares mientras ellos están en sus trabajos. Las
vidas cotidianas de millones de personas tienen una conexión directa o
indirecta con la tecnología.
Internet es el tejido de =
nuestras
vidas en este momento. No es futuro. Es presente. Internet es un medio para
todo, que interactúa con el conjunto de la sociedad y, de hecho, a pesar de=
ser
tan reciente, en su forma societal (Castells, 2001, p. 5).
El comunicólogo Manuel Ca=
stells
veía a internet como un hecho, como una herramienta cercana a la vida de
millones de personas, de sociedades enteras. Como el presente. A pesar de q=
ue
este enunciado se escribió a inicios de siglo, Castells nos daba cuenta de =
una
interacción con la tecnología estrecha para ese entonces. Una en la que no
debería haber marginados porque si no se quedarían marginados de la vorágine
que implica la Revolución Red (2001). Castells al describir esta revolución=
de
las nuevas tecnologías explica que más que tratarse del arribo de nuevos
artefactos a los hogares de las familias se trata de que esta revolución de=
las
nuevas tecnologías de la información son los nuevos medios de comunicación,=
que
permiten en este caso democratizar la información y permitir un libre acces=
o a
la publicación de contenidos. En estos momentos es donde los prosumer o prosumidores se convierten en los protagon=
istas
de estos nuevos medios (Scolari, 2008), cuando
comienzan a publicar su propio contenido sin depender de las empresas de
comunicación y ellos se convierten en las estrellas de sus propios muros o =
de
sus propias fanpage con miles de seguidores.
Esto es el resultado de u=
na nueva
cultura que nace de la mano de la revolución de las nuevas tecnologías. El =
experto
en el estudio de este tipo de conglomerados, Ramón Zallo determina que la
cultura digital nace de las transformaciones del mercado, pero este presenta
nuevas alternativas, por ejemplo, para comunicar porque suple necesidades d=
e la
sociedad. Las nuevas alternativas a las que se enfrenta el usuario tienen u=
na
repercusión directa en un cambio en la cultura y que también logra
transformaciones en los usos sociales, la diversidad y las identidades. En =
este
sentido, el autor identifica a esta etapa como la “Era de las redes” (Zallo,
2011, p. 24).
En el mundo actual, alred=
edor de
2.8 billones de personas poseen al menos una cuenta activa en alguna red so=
cial
(Kemp, 2015), en consecuencia, esto representa una interconexión entre
individuos a gran escala. Danah Boyd y Nicole E=
llison
(2008), en su artículo Social Network Sites: Definition, History and Scholarship, =
definen
a estos sitios web como servicios basados en el internet que permiten a los
usuarios construir un perfil público o semipúblico, elaborar una lista de
contactos con los que se comparte una conexión; y ver y navegar=
por
las conexiones de otros dentro del sistema. Debido a que el internet dio ca=
bida
a estas nuevas formas sociales, se introdujeron cuatro modificaciones en los tipos de
interacciones que existe:
la enormidad, el número de personas a las que se puede llegar;<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'> la comunalidad, la ampliación a la =
escala
en la que se comparte información; la especificidad, el incremento en
la particularidad de las
relaciones que se pueden formar y virtualidad y la capacidad de asumir nuev=
as
identidades. Por lo tanto, las redes sociales, se convertirían en una
representación de los vínculos reales en el mundo digital y “en esencia, losservicios de redes sociales fundamentalmente refle=
jan
interacciones reales, no virtuales” (Christakis=
&
Fowler, 2010,
p. 289). Una de las redes
sociales con mayor adopción por parte de las personas es Instagram; conocida
como una aplicación destinada para la compartición de fotos y videos. Fue
desarrollada por Kevin Systrom y Mike Krieger en 2010. En Instagram, el ojo=
del
mundo, Óscar Colorado (2014) menciona que dicha red social en lugar de ser =
una
propuesta nueva ha nacido en realidad como una contestación a las necesidad=
es
de los individuos y que tiene antecedentes que se remontan a años atrás con=
la Lomografía y Hipstamatic.
Colorado coincide con Zallo (2011), quien señala que la tecnología avanza en la medida de las necesidades de los
conglomerados sociales, en este caso las redes sociales gráficas como Insta=
gram,
suplen una necesidad que es la de proyectarse.
Lomo=
grafía
marcó al inicio de una tendencia llamada fotografía lo=
fi
(Low Fidelity) que tiene como características principales la exaltación
cromática y modificación tonal y de contraste en las fotografías tomadas por
las cámaras LOMO que comercializan. Posteriormente, Hi=
pstamatic
conservó el concepto de Lomografía, pero lo lle=
vó
a los medios digitales. Su propós=
ito
general era crear una aplicación que pudiera replicar los efectos logrados =
con
las cámaras LOMO y comparte una característica particular con Instagram, ya=
que
ambas permiten colocar filtros en las fotografías de los usuarios.
Sin embargo, Instagram ha
superado la fama de Hipstamatic y se ha convert=
ido en
una aplicación usada por las masas. Debido a la popularidad de la red socia=
l,
en la actualidad, el autorretrato vive un auge sin precedentes y se ha
transformado en un interesante fenómeno social: “En el siglo XXI hac=
emos
imágenes de nosotros mismos continuamente. Ahora todos somos autorretratistas. Nos fotografiamos intentando distin=
tas
poses, vestidos e incluso personajes: distintas versiones de nosotros mismos
para mostrárselas al mundo”. (Cumming, 2010 s/n). Con la llegada de las red=
es
sociales apareció una variante del autorretrato: el se=
lfie,
el cual consiste en un autorretrato tomado por una cámara digital o smartph=
one
y que tiene como propósito ser compartido en las redes sociales.
Cuando el individuo sujet=
a la
cámara por sí mismo se produce un tipo de encuadre, muy similar a una tende=
ncia
antes conocida como egoshot (fotografía de uno =
mismo
hecha con una cámara digital). (San Cornelio, 2014). Pero es justamente ese
tratamiento de la imagen una de las principales características de la cultura
del siglo XXI. En este sent=
ido se
han impuesto una serie de demandas y atención desmesurada hacia la aparienc=
ia
personal y la construcción de la identidad.
En el artículo Contingencies of SelfWorth and SocialNetworkingSi=
te
Behavior, los autores Michael Stefanone,
Derek Lackaff y Devan Rosen
(2011, pp. 43-44) expresan que las mujeres que miden su valor según su
apariencia tienden a subir fotos a internet y establecen relaciones a travé=
s de
las redes sociales de forma más extendida. Asimismo, el autor Edgar Gómez C=
ruz,
en su obra De la cultura Kodak a la imagen en red: una etnografía sobre
fotografía digital, menciona:
En los autorretratos no s=
ólo se
pone en juego la posición de un yo frente al otro, sino también la
reconfiguración de la mirada, el poder, la identidad, la subjetividad y las
formas de relación social a través de la construcción de imágenes (2012, p.
174).
Una construcción de la im=
agen que
tiende a ser perfecta con días soleados, rostros fotogénicos y sin
complicaciones de ningún tipo. (Una muestra de una realidad real, Debord, 1967). De acuerdo con Colorado, “el autorretr=
ato en
estas primeras dos décadas del siglo XXI tiene que ver con una sociedad
occidental narcisista” (2014, p. 9798).
Sin embargo, en su artícu=
lo Entre
el narcisismo y el activismo: visiones del selfie,
Gemma San Cornelio expresa que:
Si bien es cierto que tan=
to para
los jóvenes como los adolescentes la imagen propia juega un papel fundament=
al,
y si tenemos en cuenta que el selfie es una prá=
ctica
muy feminizada, este podría ser un elemento a considera=
r
a la hora de interpretar sus propias narrativas y no tanto una estigmatizac=
ión
a priori (2015, p. 1).
A pesar de estos argument=
os, la
psicóloga Glenda Pinto sostiene que “nos gusta que reconozcan nuestra valía,
que nos digan lo buenos que somos haciendo esto o aquello” (2015, p. 44). E=
llo
se refleja en las redes sociales cuando los protagonistas de los perfiles
publican sus agradecimientos a los comentarios positivos a las fotografías =
que
suben y donde exaltan sus cualidades físicas.
En este sentido, el narci= sismo y la apariencia en las redes sociales ha provocado que “numerosas mujeres sig= uen asentando su valía personal a través de la apariencia física, colocándose e= n Instragram como objetos publicitarios en un anuncio” = (Stefanone, Lackaff y Rose= n, 2011, p. 44) creando así, “‘egobloggers’, esa prolife= ración de blogs sobre tendencias de moda y consejos de estilo, generalmente a carg= o de mujeres que se fotografían a sí mismas con su look del día” (Pinto, 2015, p. 44). Essena O’Neill, joven modelo, utilizaba Instagram con este fin. Sin embargo, el 2 de noviembre de 2015, cerró su cu= enta de Instagram, después de cambiar las descripciones de sus fotos por textos = que revelaban las historias detrás las figuras. Ella aseguraba que lo tenía tod= o, que a través de sus redes sociales había conseguido la fama que jamás se hubiera imaginado y grandes marcas la contactaron para que trabaje con ella= s, y a pesar de todo se sentía miserable. Todo lo que mostraba a través de su Instagram era falso, pero lo necesitaba porque de esta manera obtenía más f= ama y aceptación por parte de la gente que la seguía (O’Neill, 2015). Básicamen= te, lo que ella estaba mostrando en su perfil, no era ella, sino una representa= ción construida en base a esas necesidades de aprobación. Era tan sólo un person= aje.
3.2.=
Const=
rucción
de la base social para el individuo
En la obra La construcció=
n social
de la realidad, Peter Berger y Thomas Luckmann expresan que “la sociedad es=
un
producto humano. La sociedad es una realidad objetiva. El hombre es un prod=
ucto
social” (p. 82). Estos dos sociólogos, proponen la teoría de que el hombre =
no
nace siendo parte de una sociedad sino que más b=
ien se
moldea de acuerdo con los factores a los que está expuesto desde su nacimie=
nto.
A medida que crecen, los individuos experimentan un proceso de internalizac=
ión,
“que constituye la base, primero, para la comprensión de los propios semeja=
ntes
y, segundo, para la aprehensión del mundo en cuanto realidad significativa y
social” (p. 163)
En primer lugar, el ser h=
umano
nace dentro de una institución ya definida, y este no tiene control sobre e=
lla,
ya que “tiene una historia que antecede al nacimiento del individuo y no es
accesible a su memoria biográfica” (Berger & Luckmann, 2003, p. 80). As=
imismo,
en su libro Las Reglas del Método Sociológico, Emilé=
span>
Durkheim, ¡ratifica que “al nacer el creyente ha encontrado completamente
formadas sus creencias y prácticas; si existían antes de él, es que ti=
enen
vida independiente (1912, p. 38)”. Además, “El actor se identifica con las
tipificaciones de comportamiento objetivadas socialmente in actu”
(Berger & Luckmann, 2003, p. 95), lo que quiere decir, que dentro de la
institución existen reglas en donde cada individuo va adoptando un rol,
llegando a ser lo que otros semejantes le imponen. De esta manera, si se
estuviera tomando como analogía una función teatral, este es el punto donde=
se
van formando los cimientos del teatro y el papel del actor.
En el caso particular de = Essena O’Neill, la joven adquirió como institución principal, el mundo de la fama, tomando como medio de difusión las redes sociales. = Dentro de estas, exis= ten varios gurús de moda y estilo, de los c= uales, la joven imitó una serie de comportamientos observados en los perfiles de dichos personajes para caracterizar un rol. En su cuenta de Instagram conta= ba con 712,000 seguidores (López, 2015), a quienes siempre se les mostraba el = lado brillante de la vida de O´Neill. A través de toda esa fama, incluso pudo conseguir que diferentes empresas le pagaran por usar o promocionar sus productos de manera subliminal, mediante las fotos que compartía. A continuación, en la Figura 1, la modelo posa aparentemente natural, con un vestido marinero, bebiendo zumo de naranja y sonriendo feliz y relajada.
<=
![endif]>
Figura 1. <= span class=3DSpellE>Essena O’Neill posando de manera casual. Recuperada d= e: http://www.letsbegamechangers.c= om/
Sin embargo, ella revela:=
Me
pagaron $400 por postear un vestido. Eso fue cuando tenía a lo mejor 150k
seguidores, con medio millón de seguidores, yo sabía que muchas marcas onli=
ne
(con mucho presupuesto) pagaban hasta $2000 por post. No hay nada de malo en
aceptar tratos. Sólo pienso que deberían darse a conocer. Esta foto no tiene
sustento, no fue una manufactura ética (yo era ignorante en ese tiempo). Los
medios sociales no son reales es mi punto. Mantente alerta de las cosas que
promociona la gente, pregúntate a ti mismo, ¿cuál es su intención detrás de=
la
foto?1 (O´Neill, 2015).
Sus palabras denotan pert= enencia a otra institución: la del consumismo. En ella, los jóvenes aparecen más expuestos y sexualizados, sometidos bajo la presión de una cultura comercial (Gabriel, 2014). Ella seguía las órdenes de las empresas y estas construían= su apariencia e identidad de acuerdo a su conveniencia. Su imagen era vendida y promovida a través de la red social, mientras O’Neill lo aceptaba para obte= ner la admiración y aprobación de los demás. Como menciona la joven, su foto no tenía sustento, ella era utilizada como un medio para el beneficio de las e= mpresas. Lo que previamente se ha expuesto concuerda con la idea de que “entonces so= mos víctimas de una ilusión que nos hace creer que hemos elaborado por nosotros mismos lo que se nos impone desde fuera” (Durkheim, 1912, p. 42). En resume= n, la modelo paulatinamente fue adoptando conductas que le permitieron involucrarse en el exclusivo mundo del espectáculo virtual, donde ella pertenecía al grupo de los egobloggers, otros semejantes que se comportan igual. Sin embargo, decidió abandonar Instagram= al tomar conciencia de lo superficial en que se había convertido su vida, porq= ue “cesado de obrar sobre nosotros, aquellas influencias sociales, al encontra= rnos solos (…) nos hacen el efecto de algo extraño y no nos reconocemos” (Durkhe= im, 1912, p. 43).
3.3.=
La pr=
esentación
del individuo ante los demás
Si se retoma la analogía = de una función teatral, en donde se estableció que los cimientos del teatro y el p= apel de actor se relacionaban con la teoría de Berger y Luckmann, la presentació= n de los actores en el escenario se basará en tres ideas principales: la fachada, realización dramática e idealización, planteadas en la obra La Presentación= de la Persona en la Vida Cotidiana de Erving Goffman (1959). Para ofrecer un b= uen espectáculo, los actores se esfuerzan en mostrar sus mejores fachadas. En el día a día, las personas se ocultan detrás de máscaras.
Un mundo de actuaciones d=
espués
de todo. “Probablemente no sea un mero accidente histórico que el significa=
do
original de la palabra persona sea máscara” (Goffman, 1959,
p. 13). Por consiguiente, al hablar de facha=
da se
entiende como los elementos utilizados
de forma intencional o inconsciente por las personas durante la
actuación.
Goffman secciona la facha=
da en
tres elementos bien diferenciados: el medio, la fachada personal y la facha=
da
social. El medio representa, en el caso de una actuación, la utilería.
Asimismo, la fachada personal es el maquillaje del individuo y su actitud. =
Por
último, la fachada social es la forma de interacción con sus observadores.
Estos tres elementos les permiten a las personas permanecer en una sociedad
donde lo que se ve es lo que importa, aunque no solo sea una ilusión. La
realización dramática consiste en que la persona, además de mostrar las
capacidades y cualidades que dice tener, lo haga de manera instantánea. De =
esta
forma, quienes presencian su dramatización lo van a creer. Asimismo, la
idealización de los actores se entiende como “el impulso para mostrar al mu=
ndo
un aspecto mejor o idealizado de nosotros mismos” (p. 10). Es decir, las
personas buscan presentarse como la mejor versión de ellos mismos, así como
ejemplificar las mejores dotes de entre sus significantes. Por lo tanto, bu=
scan
sobresalir ante los demás, aunque sus acciones no representen sus pensamien=
tos.
En la=
Figura 2,
se aprecia a O´Neill, con un vestido blanco y una elegante joyería;
posando sonriente, maquillada y con el cabello en ondas. A pesar de lo que =
se
muestra en la foto, ella expresa:
Por favor dale me gusta a=
esta
foto. Me puse maquillaje, ondulé mi cabello, con un vestido apretado, grand=
e e
incómoda joyería...Me tomé más de 50 fotos hasta que conseguí esta, pienso =
que
te gustaría, luego edite una selfie por años en
algunas aplicaciones solo para poder sentir de aprobación social de ti. No =
hay
nada real acerca de esto (O´Neill, 2015).2
A través de su mensaje, se percibe la inconformidad que la joven sentía al presentarse así, y a pesar = de ello, lo hacía para recibir la aprobación de los demás. Su maquillaje, pein= ado y vestimenta conforman su fachada y, aún detrás de esa máscara, no se sentía segura. Tuvo que realizar varias tomas y editarlas hasta quedar satisfecha = con el personaje que iba a mostrar.
Figura 2. Selfie de Essena=
O’Neill .
Recuperada = de: http://www.letsbegamechangers.c= om/
Como fue mencionado en la definición de realización dramática, el intérprete debe representar su personaje de manera instantánea. Esto hace a Instagram, la herramienta ideal para realizar ese cometido. O´Neill compartía la foto y sus seguidores la v= eían al momento, sin imaginar todo el trabajo que había requerido para conseguir= el selfie. Finalmente, su fachada y su realización dramá= tica culminaron con la idealización de su personaje, utilizando todos los medios posibles para que sus seguidores la vieran perfecta.
3.4.=
El
irrealismo y consumismo como corazón de la sociedad
Con la analogía planteada
anteriormente, se culmina con la idea de un gran show=
span>
donde se estudia la relación entre los individuos y el medio en que se
desenvuelven. En la obra La Sociedad del Espectáculo, Guy Debord
describe que la sociedad se ha convertido en una acumulación de espectáculo=
s.
Él plantea que:
El espectáculo, considera=
do en su
totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto de un modo de producción
existente. No es un suplemento al mundo real ni su decoración superpuesta. =
Es
el corazón del irrealismo de la <=
span
class=3DGramE>sociedad real=
. Bajo todas
sus formas particulares,
información o propaganda, p=
ublicidad
o consumo directo de entretenciones, el espectáculo constituye el modelo
presente de la vida socialmente dominante. (1967, p. 9).
Aun cuando la obra perten=
ece al
siglo XX, el filósofo francés mencionaba cómo los individuos se convertiría=
n en
representaciones irreales de sí mismos para satisfacer las exigencias de la
actual sociedad moderna y dominante. Si consideramos a estos individuos como
actores, podríamos denominar a la sociedad misma como el escenario donde el=
los
se desenvuelven y a otros individuos como su público. Como expone Anthony
Giddens en su libro Modernidad e identidad del yo, “la modernidad es un ord=
en postradicional en el que a la cuestión ¿cómo he de vi=
vir?,
hay que responder con decisiones tomadas cada día sobre cómo comportarse, q=
ué
vestir, qué comer y
muchas otras cosas” (1995, p. 26). Es decir, que los individuos deben escog=
er
cómo presentar a sus personajes cada día para poder satisfacer la demanda de
sus semejantes.
En la actualidad, las red=
es
sociales son un medio para la producción de espectáculos. Como Debord menciona: “el espectáculo constituye el modelo
presente de la vida socialmente dominante” y el modelo presente de vida es =
el
de una sociedad consumista. Facebook, Twitter e Instagram no solo son
presentados como medios de comunicación, sino que representan también nuevas
formas de consumo. Cuando compartimos nuestras aficiones, información o fot=
os
cada día, estamos enfocando nuestra vida al consumismo. Queremos ser vistos,
queremos que nos vean, vendemos, compramos y estamos siempre actualizados. =
En
su obra Vida de Consumo Zygmunt Bauman habla de la “sociedad de consumidore=
s”,
una sociedad donde se promueve y se alienta un comportamiento consumista.
Asimismo, la sociedad no hace diferencias de edad, género ni posición socia=
l.
Todos pueden ser consumidores o productos a la venta. Como explica el autor:
“El propósito crucial y decisivo del consumo en una sociedad de consumidore=
s no
es satisfacer necesidades, deseos o apetitos, sino convertir y reconvertir =
al
consumidor en producto, elevar el estatus de los consumidores al de bienes =
de
cambio vendibles” (Bauman, 2007, p. 83).
Es decir, que, para poder
integrarse a la sociedad de consumidores, un requisito es ser un producto a=
ntes
que un productor. Uno mismo se convierte en un bien de
consumo y se hace vendible a sí mismo bajo su propia responsabilidad;<=
/span>
la sociedad no brinda ningún apoyo sino que solo aprueban y desaprueban.
La joven modelo, Essena O’Neill, era un miembro de esta “sociedad de
consumidores”. Ella presentaba espectáculos cuando caracterizaba su persona=
je
ficticio y compartía sus fotografías por medio de Instagram. Como se mencio=
nó
antes, la modelo era pagada por empresas para lucir sus marcas y difundirla=
s a
sus seguidores a través de las fotos. De forma inconsciente, la joven había
convertido de ella misma un producto que mostraba a la sociedad para conseg=
uir
aprobación de ellos.
Tomando como ejemplo la F=
igura 3,
se observa a la modelo posar en cuatro diferentes posiciones, manteniéndose
sonriente en todas. Busca expresar belleza, elegancia, naturalidad y felici=
dad
en este collage, decorado además con un filtro y luces brillantes.
Sin embargo, a pesar de lo
maravillosa que es la fotografía, la modelo revela: "Nada es más
inspirador que una falsa sonrisa posando para una cámara, creando un collag=
e de
ti misma y colocando luces brillantes por encima" (O´Neill, 2015). Tod=
o lo
que creíamos al ver de la foto resultó ser una mentira. Una mentira que O´N=
eill
construyó, maquilló, produjo y presentó para sus seguidores. Así como en un=
show, utilizó “luces” para resaltar su personaje. Había
pasado su vida al mundo virtual, un medio en el que la construcción de algo=
falso
parece ser más fácil. De esta manera se abrió camino hacia un público más
amplio, con el fin de satisfacer su creciente necesidad de exposición y
aplauso. Sin embargo, ella expresa su adicción a las redes sociales y se
retracta de su comportamiento al comprender lo solitaria y superficial que =
se
había vuelto su vida.
Pasé de los 12 hasta los = 16 años deseando recibir la validación de los números en una pantalla. Pasé la mayo= ría de mi adolescencia
<=
![endif]>
Figura 3. C= ollage de fotos de Essena O´Neill.
absorta en mí misma y tra= tando desesperadamente de complacer a los demás. De los 16 a los 19 me autoedité para hacer ver q= ue mi vida era hermosa, positiva y brillante. He decidido dejarlo, dejar los títulos educativos destinados a crear conciencia y quiero empezar algo importante (O´Neill, 2015).
4.&n=
bsp;  =
;
Resul=
tados
y Discusión
La cultura digital ha col=
ocado a
los individuos frente a una disyuntiva, que radica en hacer o no pública su
vida. Pero, ¿los más jóvenes realmente se plante=
an
esta interrogante? Datos del INEC (2014) señalan que, si bien Facebook es la
primera red social de Ecuador, porque tiene el mayor número de usuarios en =
el
país y supera los ocho millones de cuentas activas, Instagram ha tenido un
crecimiento destacado en los últimos años. El estudio =
FindaSense
(2016), realizado en 6 países de América Latina, entre ellos Ecuador, ademá=
s de
España, determinó que Instagram es la tercera red social que más utilizan l=
os
jóvenes ecuatorianos.
Ante esto tenemos un esce=
nario
social distinto a los demás contextos en los que se desarrolló la cotidiani=
dad
de la Humanidad. Por primera vez, los individuos se enfrentan a una sociedad
que tiene una nueva perspectiva, porque son un grupo de personas que han
crecido rodeados por la tecnología y sus progresivos avances. Ello les ha
permitido comunicarse de una forma distinta porque ahora ellos incluyen en =
la
trasmisión del mensaje unas herramientas como las redes sociales, que además
son el contexto social donde se desenvuelven y donde esperan la aceptación =
de
los demás, los cuales se ven reflejados a través de li=
kes
o del número de visualizaciones que puedan sumar los videos colgados en sus
perfiles.
Ese interés por lograr la
aprobación de los demás los ha llevado a vivir una realidad aspiracional, u=
na
que no es real. Una en la que los amaneceres son perfectos y donde jamás se
pone en tela de duda su buena apariencia o sus capacidades, donde todos los
días son felices, una vida que los ha convertido en una nueva sociedad del
espectáculo en línea.
El número de seguidores l=
es
permite tener un mejor estatus y logra que las grandes marcas conviertan a
simple usuarios en rostros de promoción de sus productos, porque el brandin=
g ya
no se vive solo en los medios tradicionales, sino que los nuevos medios
sociales son los nuevos protagonistas de esta guerra de las marcas por ubic=
arse
en el top of mine de los usuarios. Para ello las
redes sociales son una herramienta en la que permiten mostrar sus productos=
y a
los nuevos productos, que son las estrellas de las redes sociales.
Pero esta cruzada por con=
seguir
la aprobación de los demás no se parece a las otras batallas que ha librado=
la
Humanidad. Esta la
libra el individuo como tal, no como parte de un
conglomerado. El colectivo exis=
te
para el individuo, pero como el grupo del cual debe obtener su aprobación. =
Y es
justamente esa característica que destaca Castells (2000) quien señala que =
esa
individualización de la sociedad derivará en que los conglomerados humanos =
cada
vez sean más fragmentados, más individualizados, lo que pone en riesgo la
concepción de sociedad, como se la conoce en la actualidad.
En este sentido, Baudrill= ard (1978) expone cómo las personas buscan simular algo que no es verdad, simul= an tener riqueza y autoridad con prendas o tecnología que les cuesta adquirir.= El filósofo francés señala que la cultura es la base de la simulación, lo que coloca a los individuos en yuxtaposición a la realidad. Por ello, al vivir = en una constante fantasía, a las personas se les hace cada vez imposible disce= rnir entre lo real y lo irreal.
5.&n=
bsp;  =
;
Concl=
usiones
En este artículo se han a=
nalizado
diferentes teorías y se ha planteado la analogía de una obra teatral,
constituida por tres elementos fundamentales: el escenario, los actores y el
público.
Las personas conforman una
sociedad teatral. En su totalidad la sociedad es un producto humano, que se=
ha
ido formando basado en criterios impuestos por otros individuos a través de=
la
historia.
Y, aunque los principios =
sociales
cambien, el deseo de las personas por ser aceptados se mantiene intacto. Por
tal razón, se convierten en actores, creando personajes que se apeguen al
tiempo y a las circunstancias vividas. Ellos tratarán por cualquier medio de
complacer a su público, y recibir su aprobación. Es así como la sociedad se
convierte en una gran obra de teatro, en la que cada uno de sus actores
pretende resaltar sobre distintos escenarios.
La personalidad del indiv=
iduo se
forma a través de las reglas impuestas por la estructura social dominante. A
medida que éste se desenvuelve en un entorno específico, va adoptando roles=
que le permit=
en
permanecer o pertenecer a un grupo privilegiado. De acuerdo con su rol, el
individuo ratifica su personalidad empleando medios y herramientas que
sustentan sus acciones.
Es decir, levantan una fa=
chada,
se esconden detrás de máscaras que los protejan y les brinden seguridad dur=
ante
su show. La vestimenta, la joyería y los bienes
materiales, junto con los modales y actitudes de la persona, conforman su
presentación ante el público. Y, de
ese modo, convencen a los demás de que su representación es
completamente real e instantánea.
Por lo tanto, la activida=
d humana
no es más que un gran espectáculo. Los individuos producen distintos person=
ajes
cada día para satisfacer las exigencias de otros miembros de la sociedad. Y=
las
redes sociales constituyen el nuevo medio para presentarse. En este sentido,
representan un escenario de mayor impacto. Facebook, Twitter o Instagram se=
han
convertido en medios de consumo masivo dentro de una sociedad moderna donde=
predomina
el consumismo. En la actualidad, estas redes virtuales
sirven como herramienta para
la promoción y exhibición humana, mas no son causantes del
comportamiento de los individuos y el narcisismo que se transmite por medio=
de
ellas.
La Sociedad que está inme=
rsa en
esa sobreexposición de una identidad o imagen irreal corre el riesgo de no
poder reconocer la realidad y vivir inmerso en ese contexto creado por los
dueños de las cuentas de las redes sociales. También esta batalla por logra=
r la
aprobación de los demás no logra que conciba a los demás como sus semejantes
sino como sus jueces, por lo tanto, emprende una cruzada individual para ga=
nar
la aprobación de los demás. Esta situación sobreexpone a los seres humanos =
a una
individualización, lo que generará una sociedad fragmentada.
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